1. Fachada del conjunto conventual antes de la recuperación
Conocí Malinalco hace más de quince años. Fue por azar que tomé esta foto: iba muy entusiasmado a echar un ojo a las ruinas prehispánicas que se encuentra muy cerca de ahí. Al pasar por el pueblo llamó mi atención el templo y tomé tres o cuatro fotos. Ya tenía yo noticias de los agustinos y su arte plateresco, por el convento de Acolman: jamás me imaginé que eso mismos monjes, por esos mismos años, habían construido este otro. Su estado era lamentable y no pude reconocer nada de lo plateresco que en él había (aunque, por otro lado, era muy grande mi ignorancia respecto del arte plateresco). Hoy el conjunto arquitectónico está en recuperación y es una verdadera belleza plateresca, aunque confusa, paradójica y contradictoria: como todo lo mexicano, quizá como toda condición humana.