10. Panorámica del interior del templo

La planta del templo es rectangular, con uno de sus extremos redondeados. Los mexicanos, tan acostumbrados al exceso barroco, cuando entramos a este templo (o a cualquier otro agustino de la época) nos sorprende (no obstante las grandes modificaciones que ha tenido) su gran sobriedad y monumentalidad: no hay nave crucero que aloje los altares menores, no hay capillas laterales, no hay columnas exentas y, originalmente, no había nichos laterales. Es una simple nave con bóveda de cañón que, por su diseño nos recuerda las primitivas iglesias cristianas, que a su vez se inspiraron en las paganas basílicas romanas. La bóveda del presbiterio es de tipo cupular o “media naranja”. De estas cúpulas primitivas se construyeron muy pocas; existen en la catedral de Mérida, Santo Domingo de Oaxaca o San Pedro y San Pablo en México; todas ellas se construyeron sólo hasta fines de siglo, Kubler deduce que se empezaron a construir a partir de 1583, (Kubler, pág. 282) lo cual nos plantea un problema de fechas, ya que el mismo norteamericano afirma que para 1571 el templo ya se había concluido de construir.

[Interior de la iglesia. Como se pude ver en esta foto panorámica, el interior es un todo abigarrado compuesto de elementos, muchos de ellos contrastantes y contradictorios, son producto del gusto popular y del desprecio de los que lo habitaron y decidieron sobre él, después del siglo XVI, por el programa original de los templos agustinos. Éstos fueron sacerdotes o frailes que, impunemente, modificaron sin ton ni son el diseño primigenio. Por ejemplo, choca a nuestro moderno gusto la falta de autenticidad. Todo lo simulado, todo lo que pretende decir que es, lo que no es, nos desagrada; un caso son las pinturas murales que decoran las paredes: simulan columnas y altares que no existen; una bóveda cupular de crucería se quiere hacer pasar por una cúpula, pues se han pintado las pechinas o gajos que forman esa falsa cúpula, el altar mayor plateresco ha sido sustituido por un altar neoclásico, (debió ser el altar mayor original, plateresco, una obra de mucho valor artístico, pues se sabe que fue realizado pro Simón Pereyns, afamado artista de la época que construyó muchas obras de gran valor, como las realizadas en Atotonilco o Epazoyucan), unas cortinas con los colores papales ocultan las columnas que forman el arco triunfal y sostienen las dovelas; el color azul pastel de los murales nos parece cursi, comparado con el fuertemente expresivo color de las grisallas que cubre.]

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